Osuna (Familia)

A la muerte de Mariano Téllez-Girón, ante el temor de que la rica biblioteca nobiliaria se dispersara e incluso saliera del país, Menéndez Pelayo redactó un informe y propuso al Estado español adquirir la colección, proponiendo incluso una distribución de los fondos: para la Biblioteca Nacional los manuscritos y cualquier libro impreso del que ésta careciera de ejemplares; para las bibliotecas del Congreso y del Senado los de contenido político y análogos; los demás se repartirían entre las Bibliotecas públicas.

Los hitos cronológicos de esta historia pueden resumirse así: la ley por la que el Estado adquiere la biblioteca data de agosto de 1884. En 1886 se concreta el proceso de distribución entre otras bibliotecas de los libros que no habían pasado a engrosar la colección de la Biblioteca Nacional. Según los datos aportados por Peñalver, que podrían hacerse extensivos a las demás bibliotecas universitarias, en diciembre de 1888 se reciben en la Universidad de Sevilla las galeradas con los listados de libros para proceder a su selección. Entre 1891 y 1892 los libros se encontrarían ya en las diferentes bibliotecas.

En 1897, con motivo de la visita de inspección de la Dirección general de instrucción pública a la Universidad de Salamanca se dice que ya están catalogados, en la sala tercera, los estantes 30-36, con libros procedentes de la biblioteca de Osuna. Esos explica la signaturas a lápiz que pueden verse en los ejemplares de esta universidad, como la de la imagen: 3ª-33-4.

El rasgo más inequívoco de la pertenencia de un ejemplar a esta biblioteca es el supralibros dorado que aparece estampado en la cubierta anterior, con el escudo familiar y la inscripción «Biblioteca del Duque de Osuna». Según la entrada «La biblioteca de la casa de Osuna» del Blog de la Biblioteca Nacional de España, esta marca estaba destinada a los libros de la biblioteca pública que Pedro de Alcántara, IX duque de Osuna, abrió en su palacio de la calle Leganitos hacia 1786, hasta 1808.

Además de otros signos de procedencia que pueden verse entre las marcas, hemos de destacar uno, pues hay que tener en cuenta que no todos los ejemplares de esta colección tiene marcas de procedencia evidentes y, sin embargo, prácticamente todos presentan este: se trata de una secuencia de números (a veces son varias las que aparecen en un mismo ejemplar), y a veces acompañada de letras, que suelen consignarse en el interior de la cubierta superior o en el vuelto de la primera hoja de guarda. Por ejemplo: C.A. 44=3, 29=3, 56-3 (BG/60168). Estas signaturas son las que aparecen en el Catálogo alfabético de la Biblioteca del Duque de Osuna (Biblioteca Nacional de España, Mss/10958-10983).

En la Biblioteca Nacional de Madrid se había identificado como propia de este fondo, la signatura con estructura: «Plut. [número romano]. Lit. [letra mayúscula]. Nº [número arábigo]». Libros con esta signatura también han aparecido en la Universidad de Salamanca.

A esta biblioteca pertenecen también los libros procedentes de los duques del Infantado y de María Josefa Alonso Pimentel y Borja, Duquesa de Benavente (1752 1834).