Dominico del Convento de San Esteban (Salamanca). Estudió teología en la Universidad de Salamanca y fue catedrático de la materia entre 1858-1870.
«Al Padre Manovel y Prida la ciudad de Salamanca le debe la conservación del convento dominico de San Esteban y de sus obras de arte, empeño que fue una de sus grandes obsesiones, pues estuvo a punto de ser derruido y sus obras de arte vendidas. Desde la desaparición de las órdenes religiosas en 1836, permaneció residiendo en el convento hasta que se fue de la provincia a las Universidades de Valladolid y Santiago. Años después de su vuelta a Salamanca, ya en 1880, logró la restauración de la comunidad de dominicos de San Esteban y el restablecimiento en ella de alguno de sus estudios, como los de Teología en 1892» (Torijano).
Según Torijano, «donó parte de su biblioteca a la Universidad y a su convento, que hasta el final de sus días debió nutrir, pues encarga a Marcelino Menéndez Pelayo la compra de unos cuantos libros “de esos que se venden en París y no en Madrid”, muy al final de sus días».
Eugenia Torijano Pérez, Los estudios jurídicos en la universidad salmantina del siglo XIX, Madrid: Dykinson, 2018, págs. 583-584.