Convictorio Carolino (Salamanca, España)

Una vez expulsados los jesuitas (1767), Pedro R. Campomanes, fiscal del Consejo, remite una carta (1769) al obispo de Salamanca –que, por su parte, ya había solicitado en 1767 al rey poder erigir en el edificio del colegio jesuita el Seminario Conciliar– exponiendo su proyecto del Convictorio Carolino (estudios de lengua griega, hebrea, medicina, matemáticas y teología), al que se destinarían libros de la biblioteca de los jesuitas. Por la Real cédula sobre la aplicación del Colegio e Iglesia de los Regulares (20 agosto 1769) la biblioteca es cedida a la Universidad «reservando los libros útiles al uso común de irlandeses, convictores y seminaristas» [que compartían el edificio]. «En adelante, la historia del Convictorio es una serie ininterrumpida y molesta de órdenes y contraordenes en torno a la parte del Colegio que cada una de las comunidades debía ocupar» (Sala Balust 1945, 20). En febrero de 1770 se nombra el primer director del Convictorio. Muerto éste (1775) la Universidad propone otro, pero se dice que la erección del Convictorio no ha llegado a cumplirse por dificultades en la obtención de rentas y en la división del edificio (4 abril 1775); se propone que el edificio pase a Seminario y que el Convictorio se incluya en el Colegio Trilingüe.

En 1778 está datada la real cédula que cede el edificio al Seminario Conciliar. Allí se instalaron también los Irlandes. El 21 de septiembre de 1779 tuvo lugar la apertura del seminario.